Cuando llega el momento de mover mercancías por mar, una de las decisiones más importantes es elegir entre FCL (Full Container Load) y LCL (Less than Container Load). Aunque ambos métodos cumplen el mismo objetivo (transportar tu carga de un puerto a otro), la elección puede marcar la diferencia en costos, tiempos y riesgos.
¿Qué significan?
- FCL: tu mercancía ocupa un contenedor completo, aunque no lo llenes al 100%.
- LCL: tu carga viaja junto con la de otros clientes, compartiendo espacio en el mismo contenedor.
¿Por qué importa la diferencia?
En FCL pagas un precio fijo por el contenedor, lo uses en su totalidad o no. Esto ofrece mayor control, menos manipulación y, por lo tanto, menos riesgos.
En LCL pagas solo por el espacio que usas (volumen o peso, el que sea mayor). Es atractivo para cargas pequeñas, pero suele tener más paradas y procesos que alargan el tránsito.
¿Cuándo conviene FCL?
El FCL es recomendable cuando tienes volumen suficiente (alrededor de 12–15 m³ en un contenedor de 20 pies o más de 28–30 m³ en un 40 pies). También es la mejor opción si tu mercancía es frágil o de alto valor, si necesitas tiempos más predecibles, o si buscas reducir tu costo por unidad.
En pocas palabras: FCL funciona muy bien para operaciones estables, con grandes volúmenes y necesidad de control.
¿Cuándo conviene LCL?
El LCL brilla cuando tu carga es pequeña, variada o frecuente. Es ideal para lanzamientos de producto, reposiciones rápidas o cuando prefieres no inmovilizar demasiado capital en inventario. También ayuda si quieres testear mercados antes de comprometerte a comprar un contenedor completo.
La desventaja es que suele tardar más y genera cargos locales adicionales por consolidación y desconsolidación.
En RednBlue Imports sabemos que cada carga es distinta. Por eso acompañamos a nuestros clientes para elegir la mejor opción en cada embarque, asegurando eficiencia, seguridad y ahorro en cada movimiento.